Los tres perfiles que NO deberían intentar emprender (y que están en todas partes).

Hay gente que no fracasa por mala suerte.

Fracasa porque se comporta como un amateur con complejo de genio.

Aquí te dejo los tres perfiles que veo cada semana, y que me mandan mensajes tipo “a ver si puedes ayudarme” cuando lo que necesitan es que les den dos hostias (verbales, se entiende… de momento).

El parado de vocación.

No trabaja.

No emprende.

No vende.

Pero tiene tiempo para juzgar lo que tú haces.

Nunca hace, pero siempre opina.

Es ese que te da consejos de negocios mientras se rasca los huevos viendo vídeos de YouTube.

O de TikTok.

Y cuando tú haces, él critica.

Y cuando tú vendes, él critica.

Su gran aportación al mundo son PDFs que nadie lee.

El mediapicha.

Le gusta jugar a emprender.

Se abre una cuenta de Instagram, se apunta a tres cursos, se hace fotos con el portátil en una cafetería y escribe en su bio “Ayudo a…”.

Pero no pisa la calle.

No manda propuestas.

No llama.

No vende.

No hace nada que dé miedo.

Todo es culpa del sistema, del algoritmo, del perro del vecino, de que Mercurio está retrógrado y de la agenda 2030.

Lo de siempre.

El de los calentones.

Empieza motivado.

Se compra una libreta bonita.

Se levanta dos días a las 6 de la mañana.

Lanza algo.

Cobra dos facturas.

Y entonces para.

Se relaja.

Se duerme.

Se apoltrona.

Y vuelve al punto de partida:

La mediocridad disfrazada de “me estoy tomando un respiro”.

¿Sabes qué tienen en común?

Que ninguno comunica bien.

Y como no saben comunicar, no venden.
Y como no venden, se frustran.
Y como se frustran, se inventan excusas.

La comunicación no es algo bonito.
Es algo vital.

Y si no sabes hacerlo como Dios manda, vas a caer en uno de estos tres grupos.
Aunque digas que tú “eres diferente”.

Así que si no quieres acabar como un meme con bio de LinkedIn, más te vale dejarte de tonterías…

Y empezar a comunicar como un profesional.

Puedes conseguirlo si no eres uno de estos tres tristes tigres.

Porque yo herramientas tengo, y las aplicaremos para tu caso, pero milagros no hago.

Japi dei.