¿Quieres que te escuchen o solo quieres que te oigan?
Porque no es lo mismo.
No es lo mismo hablar que comunicar.
No es lo mismo tener una voz que tener algo que decir.
Y no es lo mismo sonar a frase de taza de té que dejar a alguien pensando en ti durante tres días.
A veces hablas y parece que el aire te ignora.
Haces un vídeo y la gente hace scroll como si fueras parte del decorado.
Mandas un email y lo abren con el mismo entusiasmo con el que leen el prospecto del ibuprofeno. ¿Hay alguien que realmente lo haya leído?
¿Y qué haces entonces?
Pones más emojis.
Gritas más en mayúsculas.
Haces frases motivadoras que no motivan.
Y frases en negrita
Comunicar de verdad no va de repetir lo que suena bonito y dicen todos los demás.
Va de tocar la fibra, de que tus palabras tengan algo detrás.
De que no parezcas otro más leyendo un guión genérico de “Hola, soy experto en ayudar a personas que…”
Si sabes comunicar de verdad:
- Tu voz no tiembla. Manda.
- No haces networking. Conectas.
- No vendes. Haces que te compren.
- No necesitas convencer a gritos. Tu presencia hace el trabajo.
¿Y sabes lo mejor?
Que no hace falta nacer con un don para lograrlo.
Se entrena.
Se trabaja.
Se afila.
Como un cuchillo que corta fino porque alguien se molestó en afilarlo.
Y eso es justo lo que hacemos en la consultoría de tu negocio.
Soy José Levy. Desde 1992 en Turismo y desde 2003 ayudando a negocios de bodas y eventos a hacerse escuchar, no porque hablen más fuerte, sino porque saben lo que están diciendo y a quién se lo están diciendo.
Porque si no te entienden, ¿cómo vas a vender?
Y ahora dime:
¿Estás dejando huella cuando hablas o sigues sonando a manual corporativo plastificado?
Japi dei