Si estás vendiendo poco, no es porque seas un inútil.
Es porque estás intentando cortar una puta rama con unas tijeras de colegio.
Es porque estás intentando clavar una idea en la cabeza de tu cliente con un palillo mondadientes.
Es porque estás usando palabras de baratillo para vender algo que vale oro.
Te frustras.
Te preguntas por qué nadie compra.
Te crees que el problema es el mercado.
O peor, que eres tú.
Que no vales.
Que no sirves.
Que tu proyecto está muerto.
Mentira.
Tu proyecto no está muerto.
Lo que está muerto es el copy que usas.
Lo que está muerto es el mensaje que sueltas.
Lo que está muerto es el enfoque que tienes para comunicar.
Así que deja de flagelarte y empieza a asumir la verdad:
No estás vendiendo porque estás comunicando como un aficionado.
Y eso te está costando miles de euros.
La solución no es rezar.
O sí.
Puede que lo sea.
Rezar o usar la herramienta adecuada.
La palabra adecuada.
El enfoque adecuado.
Y eso es lo que hago yo.
Yo convierto tu discurso flojo en un martillo pilón.
Yo convierto tu comunicación de PowerPoint en una jodida lanza que atraviesa mentes y carteras.
¿Quieres seguir abriendo bolsas de patatas con los dientes?
Perfecto.
Si prefieres comunicar por encima de los demás,
entonces escríbeme.
Y tráete dientes de verdad.
Que vamos a morder.
Japi dei.