¿Cuántas veces has pensado: “Con todo lo que he hecho por este cliente… algo me debería devolver”?
Te respondo: no te debe nada.
Nadie te debe nada.
Y eso, aunque duela un poco al principio, es una de las mejores noticias que te pueden dar como emprendedor, profesional de eventos o restauración, o lo que sea que hagas para vender.
Porque si vives esperando que te reconozcan, te compren, te agradezcan o te aplaudan… estás en una montaña rusa emocional que no te deja dormir ni vender.
Has convertido tu generosidad en una inversión con expectativas.
Y cuando esas expectativas no se cumplen (que pasa muy a menudo), viene el cabreo, la frustración y esa vocecita que dice: “Esto no vale la pena”.
Pero vale.
Solo que hay que cambiar el enfoque.
Hazlo porque quieres, no porque esperas.
Entrega porque te llena, no porque necesitas aprobación.
Y trabaja desde el deseo de aportar, no desde la necesidad de reconocimiento.
La paradoja es esta: cuando no esperas nada… es cuando más recibes.
Clientes que repiten.
Recomendaciones inesperadas.
Buenas palabras que llegan por sorpresa.
Y sobre todo, tranquilidad mental.
Relaciones más sanas.
Comunicación más auténtica.
Más ventas.
Y menos comerse la cabeza.
Todo esto, por cierto, lo revisamos (con cariño y con firmeza) en la consultoría personalizada de tu negocio.
Si no te entienden, si no comunicas desde lo que de verdad te mueve… entonces vender te va a costar siempre el doble.
Soy José Levy. Desde 1992 en turismo. Desde 2003 ayudando a negocios del sector nupcial, de turismo y de eventos a sonar más humanos y vender con estrategia.
Y ahora te pregunto:
¿Qué “deuda emocional” estás arrastrando con tus clientes… y necesitas soltar de una vez?
Te leo abajo. Y si quieres, lo revisamos juntos.
Japi dei.