Tu propósito no está en Bali, está en currar aunque no tengas ni puta gana
Nos han vendido la moto: «Encuentra tu propósito y serás feliz.»
Como si un día fueras caminando por una playa de Bali, te tropezaras con un chamán digital con rastas postizas y te dijera al oído:
“Has nacido para vender jabones artesanales por Instagram”
Pues va a ser que no.
Para todos los que os vais de viaje a bali a encontraros a vosotros mismos y encontrar vuestro propósito en la vida: iros a cagar.
Tu propósito no está en Bali. Está en ti. Estés donde estés.
Si te quieres ir de yogi a Bali es otro tema.
Te espera una insolación y diarrea exótica.
El propósito no se encuentra, se curra.
No es mágico.
No es místico.
No es un mensaje del universo.
Es lo que pasa cuando haces cosas, la cagas, aprendes, y luego vuelves a hacerlas mejor.
Eso no vende. Y menos irse a Bali.
No sabemos ni qué serie empezar en Netflix. ¿Cómo encontrar un propósito?
Desarrolla tu pasión.
Con trabajo, con tiempo, con sacrificio.
Haz lo que toca.
Hazlo bien.
Y entonces, quizá, empiece a gustarte.
Y si no, cambias. Pero con criterio. No con humo de sándalo.
Esperar claridad es la forma más rápida de quedarte donde estás.
Pensando.
Procras…procasten…procastri…Planificando.
Sin hacer nada.
La motivación está bien aunque es la disciplina la que te lleva lejos.
Hacer lo que toca aunque no te apetezca una mierda, eso sí crea el propósito.
Menos coach de bambú.
Y más decisiones reales.
Haz algo ya.
Equivócate.
Recalcula.
Y sigue.
Nos encargamos de que eso pase.
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