Tractor amarillo
Cuando sea mayor (más mayor), lo tengo claro:
me voy a comprar un tractor amarillo. 🚜
No para trabajar la tierra, que también sería digno, sino para pasearme un sábado de playa por carreteras secundarias, creando caravanas y embotellamientos, con mis AirPods a tope sonando Los Toreros Muertos y Loquillo.
Y sí, ya lo estoy visualizando: yo a lomos de mi tractor amarillo, mientras medio pueblo se pregunta si estoy de broma.
Pues no, mai friend.
Es estrategia.
Y un poco de mala uva.
Porque un negocio en turismo, bodas o eventos muchas veces se parece a un tractor amarillo:
No es el más rápido
pero aguanta lo que le echen.
Llama la atención
aunque a algunos les dé un poco de envidia.
Y si no sabes conducirlo… acabas creando atascos.
Como los que me como muchos fines de semana cuando me desplazo a masías y hoteles a organizar y coordinar eventos.
Si pillo una carretera secundaria, siempre hay un tractor que me obliga a bajar la ventanilla, respirar hondo y subir el volumen de la música.
La clave no está en correr más, sino en
saber hacia dónde vas.
Y llegar.
Y como dijo Unamuno que no tenía tractor:
“El que tiene fe en sí mismo no necesita que los demás crean en él”.
Yo ya tengo fe en mi tractor amarillo.
¿Y tú en tu negocio?
Lo hablamos en la consultoría.
Japi dei, my friend.
Tengo un tractor amarillo
Que es lo que se lleva ahora
Tengo un tractor amarillo
Porque ‘ye la última moda
Hay que comprar un tractor
Ya lo decía mi madre
Que es la forma más barata
De tener descapotable
José Levy
¿Ya has leído mis posts en
https://www.celebrationartsgroup.com/blog/