Hay una frase de Mario Benedetti que me encanta:

«Solo imagina lo precioso que puede ser arriesgarse y que todo salga bien.»

Y mira, yo soy optimista.

De los que se levantan con ganas.

De los que le da los buenos días al repartidor aunque venga con el paquete equivocado.

De los que piensan que el vaso no solo está medio lleno… ¡está fresquito en verano!

Sé que no todo el mundo ve las cosas así.

Hay gente que se ha especializado en encontrarle el lado oscuro hasta a una siesta.

Gente que convierte cualquier oportunidad en una lista de “peros”. A list of “buts”

Gente que antes de intentarlo… ya se ve fracasando.

¿Y si no funciona?
¿Y si no me pagan?
¿Y si esto es una locura?

Te propongo una cosa.

Haz una lista mental rápida:

– ¿Tienes techo?
– ¿Comes todos los días?
– ¿Tienes salud o al menos energía para seguir tirando?
– ¿Puedes leer esto con calma sin que te caigan bombas encima?

Entonces, amigo mío, amiga mía… no estás tan mal. You are not so bad.

Y si además tienes una idea que te ronda, una inquietud, unas ganas de hacer algo …

quizá sea el momento de agradecer y arriesgar.

Muchas veces no te falta capacidad, ni recursos, ni ideas.

Lo que te falta es decidirte.

Apostar por ti.

Y asumir que también existe la posibilidad de que todo salga bien.

Si necesitas ayuda para eso, aquí estoy.

Trabajo con negocios de turismo, bodas y eventos para que encuentren su voz, su propuesta, su público…

También su alegría.

Montar algo propio no debería ser una fuente de ansiedad.
Debería ser una expresión de vida.

Si lo haces desde la gratitud, desde el disfrute, desde el “qué bonito sería si esto funcionara”…
Te aseguro que tendrás muchas más opciones de que funcione.

Solo hay que atreverse.

«Solo imagina lo precioso que puede ser arriesgarse y que todo salga bien.»
Mario Benedetti.

Japi dei.