Nunca volví a tener amigos como a los 18.

… y tampoco volví a tener clientes como en mis primeros años.

Cuando yo tenía 18, 1990, salía sin WhatsApp, sin planes, sin estrés… y me encontraba con mis amigos en el mismo sitio de siempre.

Hablábamos de todo y de nada, haciendo el tonto, y parecía que teníamos todo el tiempo del mundo.

Un día cualquiera salimos todos juntos por última vez.

Sin saberlo.

Después todo cambió.

Unos a estudiar, otros a trabajar, otros se casaron y a formar una familia, yo me fui a viajar…durante 7 años.

Y lo de “quedamos cuando sea” se convirtió en “a ver si un día que nos vaya bien a todos”.

La vida, como los negocios, también tiene sus veranos que no vuelven.

En los negocios pasa lo mismo con los clientes.

Hay una época donde todo fluye.

Te recomiendan.

Vienen solos.

Parece que has encontrado la fórmula secreta.

Te crees el rey del mundo.

De kin of d uorl

Pero un día, sin darte cuenta, dejas de verlos.

El mercado cambia.

Lo que funcionaba, ya no.

Lo nuevo asusta.

Y lo conocido… no convierte como antes.

Ahí es donde vienen los gurús de la transformación a prometerte fuegos artificiales: “Tu negocio cambiará para siempre”

“El antes y el después”

“Nunca volverás a ser el mismo”.

Pero se olvidan de algo:

el cambio da miedo.

A ti, a tus clientes y hasta al perro si le cambias el pienso (basado en hechos reales/ beis on rial ebents)

Por eso vender bien no es solo mostrar lo nuevo, lo transformador, lo que brilla y destaca.

Es también dar seguridad.

Dejar claro qué cosas seguirán igual.

Qué no va a desaparecer.

Qué sigue siendo reconocible.

Y eso, amigo, se entrena.

Se afina.

Se ajusta.

Soy José Levy. Desde 1992 en Turismo y desde 2003 ayudando a negocios de turismo, bodas y eventos a comunicar con emoción, con estrategia… y con resultados.

Todo esto y mucho más lo trabajamos en la consultoría.

Porque si no te entienden, ¿cómo vas a vender?

Y ahora dime:

¿Estás vendiendo el cambio… o también estás sabiendo vender la calma?

Japi dei